Al terminar la clase fui en busca del profesor que me había hecho la pregunta para pedirle si él me podía ayudar a darle respuesta, me acuerdo que me dirigí hacia donde me habían dicho que se encontraba, caminando el pasillo del colegio, solo podía contar las baldosas por las cual caminaba, lo hacía porque mi mete esta en blanco, después de este recorrido por el asilo que se me hizo una eternidad al fin llegue donde mi maestro, me senté y me dirigí hacia el para que me ayudara a dar respuesta a tal pregunta que no he había dejado dormir, el maestro con tal nobleza y sincera y mirándome a los ojos me dijo yo no soy portador de esa respuesta, yo me quedé sorprendido porque ni mi maestro podía responder tal cosas, lo que pensé en ese momento era que había sido una broma del profesor y nuevamente le hice la pregunta y el respondió lo mismo pero esta vez me dijo que yo era el único que sabía la después ya que era el único que conocía a mi propio yo, que solo era el espejismo de mi reflejo, Salí aún más confundió de la sala de profesores porque si antes no lograba entender ahora sí que peor.
Me llamo leo, como el signo del zodíaco. Tenía un sueño a los diecisiete años esto fue antes de que me asesinaran el 8 de diciembre de 1979.
Me acuerdo que una vez en el anuario de mi colegio yo había escrito un a frase de un filósofo llamado Demócrito por quien me había logrado interesarme, Decía así: «hay hombres que trabajan como si fueran a vivir eternamente». Lo escogí porque expresaba mi desdén por el entorno en el cual vivía en, casa las cosas no marchaban muy bien por mi padre. Yo era miembro del Club de Ajedrez y del Club de Químicas, y en la clase de ciencias avanzadas del señor Martínez, aunque siempre fui bueno en mis clases, el profesor me pregunto un día qué porque no disfrutaba de mi juventud como los otros adolecentes de mi edad. Me llamo leo, como el signo del zodíaco. Tenía un sueño a los diecisiete años esto fue antes de que me asesinaran el 8 de diciembre de 1979.
Luego de la pregunta que me había hecho mi maestro en el colegio lo cual no supe que responder llegue a casa entre a mi habitación y me senté a pensar porque estaba haciendo tantas cosas y aun me sentía vacío, no entendía por que el profesor me había preguntado eso, será que mi rostro podía expresar mas que mis palabras, será que mi tristeza trascendía de mi mirada, eran tantas preguntas que tenía en mi cabeza pero lo peor es que no sabía en ese momento cual era la respuestas , al día siguiente llegue como de costumbre a mi escuela me senté en mi pupitre mirando hacia la ventana con mirada perdida por que no sabía porque me esforzaba tanto por cumplir con todos los programas a los que asistía si realmente no eran de mi interés.
Ya habían pasado unas cuantas semanas de aquella conversa con mi profesor, pero aun así me preguntaba eso casi todas las noches. Un día muy soleado Salí para comprarme un refresco y mire a mis compañeros de clase que estaba sentados en una banca que se encontraba al fondo, fui a donde se encontraban a preguntarles por qué estaban tan triste, la respuesta que me dio uno de ellos fue que era porque por motivos de tan caluroso día no podríamos jugar en la cancha, yo con una carcajada les respondí y ustedes se encuentran triste solo por eso, y la respuesta fue sí, yo les dije, el colegio aparte de las canchas también tiene otros tipos de deportes las cuales si les servirán el día de mañana, recuerdo tanto que Federico mi compañero respondió, en ocasiones solo tienes que dejarte llevar por tus emociones sin pensar que pasara después.
Pasado meses de aquel acontecimientos había reflexionado y decido hablar con mis padres del porque me habían inducido a que participara en tantos programas académicos, que por que nunca me preguntaron si era lo que realmente yo quería, era claro que era el mejor de la clase pero eso no significaba que yo quería estar en tantas cosas, que lo había aceptado por miedo a que se enojaran si yo decía que no, ya teniendo esto muy claro con mis padres y después de tan larga conversación llegamos a la conclusión de que de ahí en adelante aria lo que mi yo interno y mi corazón quisiera, después de tanto por fin mi vida sería como yo la quería viajes, paseos, juegos y todo lo maravilloso que me pudiera imaginar, lástima que ninguno de estos sueños se hizo realidad, por que como ya había mencionada me asesinaron y eso sucedió en un día que desperté muy feliz, ese día organice mi habitación, jugué con mi hermanito, escuche historias de amor de mis abuelos y después de este me dirigí a la cancha del parqué para encontrarme con mis amigos como había acordado, pero la verdad es que nunca me encontré con mis amigo y tampoco regrese a casa.